Como cada 29 de Julio, se celebra la Fiesta de Santa Marta, cotitular de nuestra hermandad. Por ello recuperamos un artículo, publicado en el pasado boletín de Cuaresma de este año, en donde conocemos un poco más de la vida de esta mujer y su relación con Jesús según las Sagradas Escrituras y la leyenda. Procedemos a reproducir el citado artículo:

Gracias a las Sagradas Escrituras podemos conocer gran parte de la vida de Jesús, especialmente lo que se conoce como la vida pública que es aquella que comienza a partir de los 30 años de edad. En ella, Jesús deja atrás a su familia y comienza unos años de predicamento del Reino de Dios. Durante esos años conocerá a innumerables personas mientras funda la Iglesia como representación de Dios en la Tierra. Una de esas personas, de la que hablaremos en el presente artículo, es Marta de Betania.

También conocida simplemente como Santa Marta, fue una mujer que vivió en la población de Betania (en las cercanías de Jerusalén) junto a sus hermanos Lázaro y María. Según los evangelios, allí se hospedó Jesús en varias ocasiones.

Este personaje histórico en la vida de Jesús es importante en nuestra hermandad, ya que la Santa es cotitular de la corporación. Además de estar presente en el paso de misterio, en el momento del encuentro con la Santa Mujer Verónica. Todo ello después de que un cabildo de hermanos, hace ya 22 años, aprobara su incorporación.

Santa Marta aparece en los evangelios de Lucas y Juan. En el primero de estos, el evangelista relata la visita que hizo Jesús a su casa y muestra la dicotomía entre su hermana María, que se sienta a escuchar la palabra del Mesías, y Marta, que se afana por servir a sus invitados. Esto produce el enfado de esta última y el reproche de Jesús.

En el evangelio de Juan, Marta aparece en el famoso pasaje de la resurrección de su hermano Lázaro. Ahí se contempla el reproche que las hermanas le hicieron a Jesús por su no presencia en el momento de su muerte y como, según ellas, si hubiera llegado a tiempo este desagradable final no se habría producido. A lo que Jesús, compungido por la muerte de su amigo Lázaro, respondió con la siguiente afirmación: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá y todo el que esté vivo y crea en mí, vivirá” (Juan 11, 24-27). Una de las frases más bellas de las Sagradas Escrituras. Con ello se reafirma la fe en Jesús tanto en Marta y María, como en sus apóstoles y el pueblo de Israel.

Llegados a este punto podríamos preguntarnos el porqué aparece Santa Marta camino del calvario, como representamos en nuestro paso de misterio. Para intentar responder a la pregunta nos debemos de alejar de los evangelios canónicos e irnos a las tradiciones. Concretamente una de las más destacadas es la llamada tradición ortodoxa u oriental. En ella se plantea la teoría de las llamadas mujeres miróforas (proveniente del latín “Myrophorae” que significa mujeres portadoras de la mirra). Entre ellas se encontraba Santa Marta y son ellas las que ungieron a Jesús con estos aceites en su tumba, tras su fallecimiento. Por ello se da por hecha su presencia en el monte calvario cuando crucificaron al Mesías.

También existe en el evangelio de San Lucas la narración de la escena de Jesús consolando a las mujeres de Jerusalén (Lc 23. 27-32). En esta narración canónica no se enumera exactamente quienes eran aquellas mujeres que seguían a Jesús en su caminar al Gólgota. Por ello considerando que según la tradición ella estuvo presente en el Monte Calvario, toda su familia tenía una relación muy estrecha con Jesús y su residencia se encontraba muy cerca de Jerusalén, es muy probable su presencia en la escena que anualmente nuestra hermandad pone en la calle cada Martes Santo.

Tradiciones occidentales equiparan a María de Betania, su hermana, con la conocida María Magdalena. Tema del que daría para otro artículo, pero que de ser cierto podría dar más indicios sobre su presencia en la pasión del Señor.

En la tradición cristiana Santa Marta es patrona de la hostelería, además de todos los trabajos relacionados con el hogar como pueden ser cocineras, lavanderos o amas de casa. Este patronazgo sobre estos sectores viene evidentemente de los escritos evangélicos, que hemos comentado anteriormente, en donde Marta aparece como anfitriona de Jesús cuando este se hospeda en su casa en sus viajes de predicamento.

Santa Marta es usualmente representada portando los atributos del acetre y el hisopo. Este último es una varilla de metal que en uno de sus extremos presenta una esfera con orificios en donde se encuentra un material capaz de retener agua. El acetre es el recipiente en donde se dispone el agua bendita. Siendo ambos los utensilios que utiliza el sacerdote cuando va a realizar una bendición. También es habitual representarla con un manojo de llaves en la cintura, otro símbolo de su carácter de sirvienta visto anteriormente.

Las reliquias de la Santa se encuentran en la Real Colegiata de Santa Marta, en la población francesa de Tarascón, en las cercanías de Marsella. Una nueva leyenda cuenta que tras la ascensión al cielo del Señor, ella junto a sus dos hermanos, y algunos santos más según algunos autores, abandonaron Israel. Al parecer, todo según la leyenda, en un buque sin velas ni remos hasta naufragar en el entorno de Marsella. En la zona de Aviñón y Tarascón se encontraba un animal mitológico, con rasgos parecidos a un dragón, que supuestamente había llegado desde Galicia. Este ser, también llamado como la Tarasca, estaba atemorizando a la población local. Por ello los habitantes se encomendaron a las oraciones de Santa Marta. Ella con un crucifijo en la mano y esparciéndole agua bendita, por ello su atributo de representación, consiguió domesticar a la fiera. Esto hechos produjeron la admiración en la población y Marta se quedó en la zona para predicar el evangelio hasta su fallecimiento.

También las leyendas locales le dan como autora de la resurrección de un chico que se ahogó en el río Ródano, tras querer cruzarlo para escuchar su predicación. Otras fuentes simplemente describen el traslado de sus restos a Francia para evitar su pérdida por los conflictos armados. Por último podemos indicar que su festividad se celebra cada 29 de Julio. Jornada en la cual nuestra hermandad realiza una eucaristía en su honor.